domingo, 17 de abril de 2011

Thor el dios del trueno


De Thor dependen el trueno, el rayo, el relámpago y la lluvia. Hijo de Odín y de Iord (La Tierra), es también el dios de la fuerza física, cualidad en la cual ningún dios u hombre puede igualarlo y que aprovecha para guerrear contra los gigantes de la escarcha, su principal pasatiempo. El dios del trueno no destaca por su diplomacia a la hora resolver conflictos (para él, el diálogo nunca es la solución), pero siempre se comporta con lealtad y esta dispuesto a ayudar a quien lo necesite, sea humano o dios.
A Thor se le reconoce con facilidad gracias a su barba pelirroja y a que siempre porta un martillo mágico de mango corto, Mjolnir (El Triturador), de gran poder destructivo, que tras ser lanzado regresa siempre a su mano. Para poder usarlo necesita llevar puestos unos guantes especiales de hierro. Posee además un cinturón mágico que le duplica la fuerza, ya de por sí inmensa.
El dios del trueno realiza frecuentes incursiones en el mundo de los gigantes. Cuando viaja, lo hace siempre sobre un carro tirado por dos machos cabríos, Tanngrísnir (Rechinador de Dientes) y Tanngnióst (Crujidor de Dientes), que en caso de emergencia le sirven también de alimento, pues resucitan a partir de sus huesos siempre que estos hayan quedado intactos.
Le suelen acompañar dos sirvientes humanos, llamados Roskva y Tialfi, que son hermanos e hijos de un campesino. Tialfi ejerce las funciones de escudero, y desempeña un papel secundario en algunas de las aventuras de dios.
Si no fuese por las prestaciones voladoras de su carro, Thor no podría salir de Asgard, ya que el Bifrost le está vedado por motivos un tanto misteriosos, aunque Snorri Stúrluson cuenta que es debido a que su peso lo quebraría. Al cruzar el cielo, el carro de Thor deja a su paso tormentas.
Sus territorios en el mundo de los dioses se llaman Trudheim o Trudvangar (País o Campos de la Fuerza), y su mansión Bilskírnir (La que Resplandece con Rayos de Luz), la cual, con más de quinientas salas, constituye el palacio más grande de Asgard. En Bilskírnir Thor lleva una satisfactoria vida familiar junto a su mujer Sif, el hijo anterior de esta, Ull, y los dos hijos de ambos, Módi (Airado) y Magni (Poderoso).
Se rendía culto a Thor en toda Escandinavia. Presidía las asambleas y bendecía las bodas (probablemente debido a su relación como con la fertilidad como dios de la lluvia). Era el dios al que recurrían los campesinos, y para los islandeses constituía algo así como su “santo patrono”. Era, en general, el dios más querido y venerado. Cuando el cristianismo se extendió por el norte, los seguidores de los antiguos dioses oponían su figura a la de Jesucristo, y portaban amuletos que representaban al martillo de Thor como respuesta a las cruces de los cristianos.

sábado, 16 de abril de 2011

El Legado de Odin

Se cree que las Runas son el legado del dios Odín, parece ser que a través de su pasión, su sacrificio, obtuvo las Runas que dejó a la humanidad. Con un gran esfuerzo Odín logro atrapar las Runas y estas fueron su gran legado para el mundo.

Odín, cuyo nombre significa viento y espíritu, es la divinidad principal en el panteón de los dioses nórdicos, el cabeza de familia y líder de los demás dioses. Principalmente porque logró deshacer los planes del dios Loki de llevar a cabo el Ragnarok (ocaso de los dioses, del cual hablaremos en la próxima entrega), por lo que consiguió el respeto de los demás dioses y un lugar similar al de Zeus en el Olimpo Griego.
Era un anciano fuerte de barba blanca. Llevaba dos cuervos sobre sus hombros (Hugin y Munin: pensamiento y memoria) que vigilaban el mundo cada mañana para informarle de cuanto ocurría. El dios montaba en su brioso caballo de ocho patas Sleipnir, nombre que se traduce como resbaladizo. Este extraordinario animal simbolizaba los ocho vientos que provienen de los ocho puntos cardinales y era capaz de ir velozmente de un extremo al otro del horizonte. Además, Odín l levaba consigo una poderosa lanza llamada Gungnir, que jamás fallaba, y, desde su trono, podía observar el mundo entero.

Odín adquirió la sabiduría a cambio de uno de sus ojos y, de acuerdo a la leyenda, a través de su pasión, su sacrificio transformador, obtuvo las Runas que dejó a la humanidad.
Llevó a cabo un ritual de autosacrificio, que nos recuerda el arquetipo del Colgado del Tarot. En este caso, primero hirió su cuerpo con la punta de su propia lanza y acto seguido se ató de un pié a Yggdrasill, el fresno sagrado. Durante nueve días y nueve noches permaneció colgado sin comer ni beber. Concluido ese lapso, fue capaz de adentrarse en las mismísimas entrañas del ser, donde vislumbró los caracteres rúnicos. Con un grito desgarrador llegó hasta el fondo y se apoderó de ellos. Con el esfuerzo, Odín perdió el conocimiento, pero logró atrapar las Runas y ellas fueron su legado para el mundo.

La palabra Runa proviene de la raíz protogermánica que en principio significaba "rugir", y luego a través de otras lenguas, tomó distintos significados y evolucionó semánticamente primero, a través del nórdico antiguo "run" (escritura secreta). También existe la antigua palabra inglesa run que significa "misterio, consejo". El vocablo gótico runa puede traducir el latino misterium "misterio, secreto" y se asocia con secreto o susurro. Vemos la evolución del vocablo del inglés antiguo "roun" y "rowan" al Germánico "runen". Todas estas palabras nos dan en común el sentido de "secreto susurrado al oído". Por último, probablemente la palabra runa tenga la misma etimología que la palabra alemana raunen, que quiere decir "adivinar". En general, runa se traduce como susurro o secreto. En nuestro idioma la palabra runrún es sinónimo de rumor, murmullo o cuchicheo y bien puede originarse en ese vocablo.
Las runas no se crearon para predecir el futuro, ya que en la cultura en que se gestaron no se creía en la predestinación. Cuando son utilizadas por el vitki (o lector de runas), nos ayudan a conectar nuestro inconsciente para recuperar la sintonía con el cosmos y volver a sentir y vivir de forma armónica; es decir, nos ayudan a ver nuestro propios problemas e incluso nuestros propios sentimientos desde una perspectiva de crecimiento interno y autosuperación.
Los sistemas oraculares son los vehículos hacia esa comunicación primordial y han estado presentes y han guiado al hombre desde todos lo tiempos. A veces un suceso insignificante es reconocido por los expertos como una señal correcta y oportuna que guía a quien consulta en la dirección más apropiada. Consultar el oráculo comienza por el presente. Para muchos tomar consciencia del verdadero presente es extremadamente difícil dado que la mayoría de las veces desperdiciamos gran parte de nuestras vidas en lamentar lo sucedido (el pasado) o fantasear sobre el futuro. Nada requiere tanto trabajo como aprender a tomar consciencia de sí, ya que es más fácil ver hacia fuera, hacia los lados y hacia atrás, pero no a uno mismo, de no ser un espejo. Al igual que el Tarot, las runas pueden ser ese espejo.

Odin, Rey de los dioses

Odín es el rey de los dioses nórdicos. Principalmente es el dios de la guerra, pero también se le atribuyen la muerte, la poesía y la sabiduría. Pertenece a la raza de los Aesir, y es el padre de muchos de ellos. Con una de sus esposas, Jord, tuvo a Thor, con la giganta Gird, a Vidar, y con otra giganta, Rind, a Vali. Sin embargo, la diosa que le dio más hijos fue Frigga, madre de Balder, Hoder, Hermod, Tyr y Bragi. Su residencia en Asgard, Valhalla, era el más bello de todos los palacios divinos. Sentado en su trono era capaz de ver todo el cielo y la tierra pero, además, contaba con la ayuda de sus dos cuervos, Hugin (pensamiento) y Munin (memoria), que, posados en sus hombros, le contaban todo lo que habían visto y oído. Otros animales relacionados con Odín son los lobos Geri y Freki, que yacen a sus pies. El caballo de Odín se llama Sleipnir, y fue un regalo de Loki. Tiene ocho patas y puede cabalgar sobre la tierra y el mar, y también por el aire.Odín se caracteriza por su búsqueda de la sabiduría. Sacrificó un ojo para poder beber del pozo de la sabiduría de Ymir, y se ahorcó durante nueve días en el árbol Ygdrassil. Estos sacrificios le permitieron conocer canciones y runas que le proporcionaron una gran sabiduría. Además, Odín tenía la afición de camuflarse entre los mortales y recorrer por la tierra como un vagabundo.Según la profecía del Ragnarok, la batalla final contra los gigantes, Odín será matado por el lobo Fenris. La muerte de Odín será vengada por su hijo Vidar, uno de los pocos dioses supervivientes al Ragnarok. En los países en los que la mitología germánica ha sido más influyente que la grecorromana, el nombre dado al miércoles procede del nombre germánico de Odín, Wotan (por ejemplo, en inglés, Wednesday).Odín es un dios muy importante en la trilogía nórdica. Conoció a la Xena malvada cuando había decidido ahorcarse, pero ella le enseñó un nuevo estilo de vida guerrero, y Odín la reclutó como valkiria. Le enseñó los secretos de las runas y, cuando Xena fingió estar enamorada de él, le confesó dónde estaba custodiado el Oro del Rhin. Xena robó el oro y con él forjó un anillo que otorgaba grandes poderes, pero que era peligroso para los que no habían desterrado el amor. Años más tarde, Odín intentó hacerse con el Anillo para asegurar su supremacía ante los demás dioses.

lunes, 11 de abril de 2011

Dioses escandinavos


Un pequeño resumen de los lugares y dioses escandinavos mas usuales, para que luego no os perdais mucho en las leyendas, a mi son unas de las que mas me gustan. A pesar de ser un pueblo considerado como Barbaro, su cultura religiosa era muy rica. Espero disfruteis como yo lo he hecho;


Asgard, en la mitología escandinava, la residencia de los dioses. Sólo era posible acceder a Asgard cruzando el puente Bifrost (el arco iris). Asgard estaba dividida en doce o más reinos en los que cada dios principal tenía su propia mansión suntuosa de oro o plata. El palacio más importante era el Valhala, la casa de Odín, el jefe de los dioses.


Odín (antiguo escandinavo Odhinn, anglosajón Woden, antiguo altogermánico, Wôdan, Woutan), en la mitología escandinava, rey de los dioses. Sus dos cuervos negros, Huginn (‘pensamiento’) y Muninn (‘memoria’), volaban todos los días para reunir noticias de los hechos ocurridos en el mundo. Como dios de la guerra, Odín tenía su corte en Valhala, adonde iban todos los guerreros valientes después de su muerte en batalla. Sus mayores tesoros eran su corcel de ocho patas, Sleipner, su lanza, Gungnir, y su anillo, Draupner. Odín era también el dios de la sabiduría, la poesía y la magia, y se dice que sacrificaba un ojo por el privilegio de beber de Mimir, la fuente de la sabiduría. Las tres mujeres de Odín eran diosas de la tierra y su hijo mayor era Thor, el dios del trueno.

Thor o Tor, en la mitología escandinava, dios del trueno, hijo primogénito de Odín, soberano de los dioses, y de Jord, la diosa de la tierra. Thor era muy fuerte y ayudó a los dioses principales, a defenderse de sus enemigos los gigantes. Tenía un martillo mágico, que lanzaba con la ayuda de unos guantes de acero y que tenían la virtud de que volvían siempre a él. Se supone que el trueno era el sonido que hacían las ruedas de su carro. El jueves, día de la semana derivado de Jove o Júpiter, tiene su correspondencia en el inglés, Thursday, que deriva de Thor.

Loki, en la mitología escandinava, el bello gigante que representaba el mal y poseía gran conocimiento y astucia. Fue indirectamente responsable de la muerte de Baldo, dios de la luz y de la alegría. De acuerdo con la Edda Poética, una recopilación de mitos escandinavos, Loki y Hel, diosa del mundo subterráneo, guiarán a las fuerzas del mal contra los aesir, o dioses, en la titánica lucha de Ragnarok, el fin del mundo.

Frigg o Frigga, en la mitología escandinava, diosa del cielo y mujer de Odín, el jefe de los dioses. Se la veneraba como protectora del amor conyugal y de las amas de casa. Su símbolo era un manojo de llaves. Frigg tuvo dos hijos: Baldo, el dios de la luz, y Hoder, el dios ciego de la oscuridad, quien mató a su hermano con un ramito de muérdago. El nombre Frigg sobrevive en la palabra inglesa friday (viernes, literalmente día de Frigg). En la mitología germana, a veces se identificaba a Frigg con Freya, la diosa del amor.  

Baldo, en la mitología escandinava, dios de la luz y la alegría, hijo de Odín y Frigga, rey y reina de los dioses. Frigga sueña que la vida de Baldo estaba amenazada, y consiguió que las fuerzas y seres de la naturaleza, tanto los animados como los inanimados, le juraran que no lo dañarían, pero se olvidó del muérdago. Los dioses, creyendo a Baldo sano y salvo, le arrojaron dardos y piedras. El malicioso gigante Loki puso una ramita de muérdago en las manos del gemelo de Baldo, el ciego Hoder, dios de la oscuridad, y dirigió su puntería contra Baldo, quien cayó, herido en el corazón. Tras su muerte, Odín envió al submundo a otro hijo, el mensajero Hermod, para implorar el retorno de su hijo muerto. El dios sería liberado sólo en el caso de que todas las cosas en el mundo lloraran por él. Todas las cosas lloraron excepto una anciana en una cueva, y Baldo no pudo volver a la vida.


Hel o Hela, en la mitología escandinava, diosa de los muertos. Vivía debajo de una de las tres raíces del fresno sagrado Yggdrasil, y era la hija de Loki, el espíritu de la discordia o del mal, y de la giganta Angerbotha (Angerboda). Odín, el padre de todas las cosas, arrojó a Hel a Niflheim, el reino del frío y la oscuridad, también conocido como Hel, sobre el cual le otorgó la autoridad de soberana. 


Valquirias, en la mitología escandinava, jóvenes guerreras que servían a Odín, soberano de los dioses. Las valquirias surcaban el aire con una brillante armadura, dirigían batallas, distribuían la muerte entre los guerreros, y conducían las almas de los héroes muertos al Valhala, la gran sala de Odín. Las dirigía Brunilda. Las valquirias desempeñan un papel importante en la ópera Die Walküre (Las valquirias, 1856), del compositor alemán Richard Wagner.


Valhala (del antiguo escandinavo Valhöll, que significa ‘sala de los muertos’), en la mitología escandinava, sala de los héroes muertos, regidos por el rey de los dioses, Odín, en el reino de los dioses, Asgard. La sala tenía 540 puertas, por cada una de las cuales podían pasar en fila 800 héroes, y el techo estaba hecho de escudos. Las almas de los soldados heroicos muertos en batalla eran llevados a Valhala por unas muchachas guerreras llamadas valquirias. Los héroes luchaban durante el día, pero sus heridas se curaban antes de llegar la noche, cuando se reunían en un banquete con Odín.
 
Brunilda, en la mitología y literatura germánicas, bella y poderosa princesa guerrera. Su historia aparece registrada en los poemas Éddicos y en la Volsunga Saga (Saga de los hijos de Sturla) de Islandia, así como en el poema épico germánico el Cantar de los nibelungos (c. 1200). En los textos islandeses, aparece como Brynhild; ella es Brünnehilde en el ciclo operístico de Richard WagnerEl anillo del nibelungo, basado en parte en estas leyendas.

En el Cantar de los nibelungos, Brunilda es una beligerante reina de Islandia que jura casarse con el hombre que pueda vencerla en combate. Sigfrido es capaz de derrotarla, pero prefiere a otra mujer, Gunther. Despechada por la traición, se venga tramando la muerte de Sigfrido.

En las fuentes islandesas, este personaje, llamado Brynhild, es liberado del sueño eterno por Sigurd, quien atraviesa el círculo de fuego que la rodea. Se declaran su amor, pero Sigurd reanuda sus viajes. Posteriormente, una poción mágica hace que Sigurd olvide a Brynhild y se case con Gudrun. Ayuda al hermano de Gudrun, Gunnar, para que éste obtenga a Bryinhild, haciéndose pasar por él. Al descubrir el engaño, Brinhild provoca la muerte de Sigurd, pero queda tan desconsolada por el hecho que se arroja a la pira funeraria y muere.


miércoles, 6 de abril de 2011

Dioses egipcios (con su nombre en egipcio)

Dioses del Antiguo Egipto - Amón
Amón «El misterioso»

Su origen parece localizarse en Tebas. Más tarde se le asoció al dios del sol Ra, pasando a ser llamado Amón-Ra. Estaba considerado como el más grande de todos los dioses, el que abarca todas las cosas, el espíritu perpetuo, el alma suprema que todo lo penetra y vivifica. Sus animales sagrados eran la oca y el carnero.

Geb «La Tierra»
Dios, hijo de Shu y Tefnut, representado como la tierra. De la unión con su hermana-esposa Nut nacieron Osiris, Isis, Set y Neftis.
Q1
D4
A40
Osiris «Dios supremo que moría y resucitaba anualmente»
Era representado entre otras formas, amortajado, con la corona del Bajo Egipto y pintado de verde toda la piel, como símbolo de la resurrección. Su principal lugar de veneración fue Abidos, donde se cree que estaba su tumba. Su leyenda ha dado origen a uno de los mitos más bonitos de esta religión: después de ser asesinado por su hermano Set, con el fin de apoderarse de sus tierras, consiguió salir victorioso de la muerte, gracias a la ayuda de su hijo Horus y su esposa Isis.

Dioses del Antiguo Egipto - Hathor jeroglífico
Hathor «Diosa del amor, del cielo y de laalegría»
Se representaba con cabeza de vaca, coronada por el disco solar y dos plumas de avestruz entre los cuernos, o también con una mujer con cuernos de vaca. Era venerada especialmente en Dandara. Los griegos la identificaron con Afrodita.
Dioses del Antiguo Egipto - Jeroglífico Anubis

Anubis «El embalsamador»
Representado con cuerpo de hombre y cabeza de chacal o de perro. Se le denominaba «El embalsamador» o «El guardián de las tumbas». Era el inculpador de las almas que comparecían en el juicio final de Osiris. Además poseía el privilegio de haber momificado a Osiris.

Dioses del Antiguo Egipto - Jeroglífico Ptah
Ptah «El alfarero divino»
Dios de la fuerza creadora, conocido como «el alfarero divino», por ser el creador del mundo y el concededor de toda vida. Normalmente era representado en forma humana y tenía al escarabajo como símbolo del emblema solar. Su principal centro de adoración era Menfis.

Dioses del Antiguo Egipto - Horus jeroglífico
Horus
Hijo de Osiris e Isis, representado con cabeza de halcón y un disco solar en la frente.El nombre de Horus era la denominación más alta a la que un faraón podía aspirar. Su principal punto de veneración fue el templo de Edfu.

Dioses del Antiguo Egipto - Jeroglifico Apis
Apis «Dios Toro»
Para los egipcios, el dios toro. Se le rendía culto como símbolo de Osiris o de Ptah. Se le veneraba en todo Egipto, pero su templo estaba en Menfis. Nació de una vaca virgen, fecundada por los rayos de la luna.

Dioses del Antiguo Egipto - Jeroglífico Dios Ra
Ra «Dios solar superior»
Concebido como espíritu puro. Era representado con la forma del sol.
Dioses del Antiguo Egipto - Jeroglífico Isis
Isis «Que da la vida»
Diosa virgen-madre sagrada que da la vida y la salud, símbolo de la fecundidad. Esposa-hermana de Osiris y madre de Horus, formaba parte de la principal tríada de Egipto.
 Dioses del Antiguo Egipto - Jeroglífico Atón
Atón «Dios Solar»
Se representaba con el símbolo del dios solar y esparcía fuerza y vida por medio de unos rayos terminados en la llave de la vida y el cetro. En el reinado del faraón Ajenatón se convirtió, por causas políticas, en el dios único, desplazando en el culto a Amón.
Dioses del Antiguo Egipto - Jeroglifico Bastet
Bastet «Diosa de la Felicidad»
Hermana de Sejmet. Tiene cabeza de gata y cuerpo de mujer. Diosa de la felicidad y de la música; era venerada en Bubastis, en el Delta.
 Dioses del Antiguo Egipto Jeroglifico Sejmet
Sejmet «Diosa de las guerras»
Se la representaba con cabeza de leona y coronada con el disco solar y el áspid.
Dioses del Antiguo Egipto Khnum Jeroglifico
Khnum «Dios de la fecundidad y de la fertilidad»
Fue el creador del hombre con su torno de alfarero y el limo del Nilo. Se le representaba con cuerpo humano y cabeza de carnero. Era la divinidad adorada en la actual Esna.
 Dioses del Antiguo Egipto - Jeroglifico Set
Set «Dios de las tinieblas y del desorden cósmico»
Se representa con cuerpo humano y cabeza de animal.
Dioses del Antiguo Egipto - Jeroglifico Bes
Bes
Su culto se originó en Babilonia, apareciendo en Egipto durante la XVIII dinastía. Era considerado como un semidiós y se representaba como un enano deforme, cabezudo, desnudo, ojos y pómulos salientes, patas de león en lugar de piernas y un plumero en la cabeza. Provoca la risa y protege a la mujer que da a luz.
 Dioses del Antiguo Egipto - Jeroglifico Maat
Maat «Diosa de la sabiduría, la justicia y la verdad»
Es la responsable del equilibrio del mundo y del orden universal. Gracias a ella se producían las anuales crecidas del Nilo.
Dioses del Antiguo Egipto - Jeroglifico Sobek
Sobek «Dios humano con cabeza de cocodrilo»
Sus principales lugares de veneración fueron Kom Ombo y El Fayum.
Dioses del Antiguo Egipto - Jeroglifico Neftis
Neftis
Diosa-hija de Geb y Nut, hermana de Isis, esposa de su hermano Set y madre de Anubis. En los templos se le puede reconocer gracias al jeroglífico de su nombre en la cabeza y los cuernos liriformes que rodean el disco.

martes, 5 de abril de 2011

El nacimiento de osiris

Cuenta la leyenda, que la joven y bella diosa del cielo, Nut se enamoró de Geb, dios de la tierra.
Ra, dios del sol y padre de Nut, no podía aprobar ese matrimonio, porque un adivino le había dicho que el niño nacido de esa unión gobernaría la humanidad. Por supuesto, Rá jamás permitiría semejante cosa.
¿Qué hizo Rá? Elevó una maldición sobre Nut diciendole: - Nut, te prohíbo que tengas un niño con Geb en el término de un año de 360 días. No lo tendrás ni de día ni de noche.
Nut, desesperada, corrió a pedirle ayuda a su amigo Thot que era muy astuto. Thot sabía que un mandato del jefe de todos los dioses no podía desobedecerse, pero tramó un plan para ayudar a Nut.
Thot se reunió con Selene, la diosa de la luna, con la excusa de jugar a las cartas. Ambos apostaron fuertemente, pero Selene apostó un poco de su luz. La decimoséptima parte de sus iluminaciones, y las perdió.
Por esa razón la luz de la luna es más débil en ciertos periodos no pudiendo competir con la luz del sol.
Con la luz que Thot le ganó a Selene, creó cinco días más que agregó al año, que por entonces, solo tenía trescientos sesenta días. Esos cinco días no pertenecían a ningún mes y tampoco a ningún año.
Nut, mediante ese ardid y sin desobedecer a su padre, pudo tener a sus hijos durante esos días.
El primer día tuvo a Osiris, el segundo, a Horus, el tercero a Set, el cuarto a Isis y el quinto a Neftis.
Cuenta la leyenda que cuando nació Osiris, se escuchó una voz que desde el cielo proclamaba: ¡Ha nacido el señor de toda la tierra!

lunes, 4 de abril de 2011

La leyenda de Santa Marta y la Tarasque

En la edad media, Francia era una tierra de monstruos persistentes y legendarios, abominaciones anacrónicas que quedaron como reliquias de los años primigenios. Había un neodragón que era particularmente horrible llamado tarasque. Fue desovado por el monstruo bíblico Leviatán y originariamente vivía en Galatia, en Asia Menos, pero frecuentaba los bancos del río Ródano entre Aviñón y Arles.

Una tarde, cuando caía la sombra de la noche, un viajero llamado Jaques du Bois aceleró el paso cuando viajaba por el banco del río. De manera nerviosa, escudriñó sus aguas negro azabache y la imponente penumbra del bosque – sus ojos buscaban algo por lo que rezaba fervientemente con no tener la mala suerte de encontrarse.
Du Bois había oído rumores terroríficos acerca de una horripilante criatura llamada tarasque, que había fijado su residencia a lo largo de ese tramo del río. Allí tenía subyugada a la desventurada población del cercano Nerluc, en su tiempo una tranquila población rural pero en ese momento el foco de sus despiadados expolios. Pero también devoraba a cualquier desventurado caminante que pasara por allí y que fuera lo suficientemente poco cauteloso como para no percibir la proximidad del monstruo rapaz.
Distraído con tales pensamientos espeluznantes que fluían libremente por su cabeza, el viajante ignoró un ruido profundo y atronador que emanaba de un misterioso claro justo delante de él y que habría de tener funestas consecuencias. De repente, parece que el bosque entró en erupción, arrojando una macabra imagen producida por una de las pesadillas más oscuras y extrañas de sus profundidades ocultas. Con un tamaño mayor que el caballo más grande o el buey más corpulento, la tarasque se erguía sobre seis poderosos miembros equipados con las zarpas asesinas de un oso, y movía furiosamente su larga cola viperina de un lado a otro como tralla viva. La magnífica melena de su cabeza de león fluía alrededor de sus hombros, y sus dientes eran grandes dagas mortíferas de marfil. Lo más extraordinario era el imponente caparazón incrustado en su espalda, parecido al caparazón de una tortuga colosal, estaba repleto de un arsenal de poderosas púas.
Por tanto, el desventurado Jacques du Bois tenía motivos para saber que su vida llegaba a su fin -  y terminó tan rápido que ni siquiera le dio tiempo de gritar. Mientras que miraba fijamente y sin moverse a su destructor, la tarasque abrió sus aterradoras fauces y dejó salir un ensordecedor rugido, acompañado por un chorro de fuego que subió en espirales rodeando a su desafortunada víctima y que prendió fuego a su carne como una yesca.
A medida que iba pasando el tiempo, los habitantes de Nerluc se desesperaban cada vez más. En una ocasión, 16 hombres de entre los más valientes del pueblo marcharon para enfrentarse en batalla a su adversario – pero fue en vano. En cuestión de instantes, una sola ráfaga de llamas procedente de la garganta del monstruo incineró a la mitad de ellos, y los ocho restantes huyeron y volvieron al pueblo.
Nerluc parecía condenado y destinado a la destrucción; pero entonces llegó alguien que, al menos a una persona de fuera, le habría podido parecer el más inverosímil vencedor de dragones.
Un día, un pequeño bote atracó en el puerto cercano a la orilla del río, y del mismo descendió una doncella joven, grácil, lozana y que llevaba puesto un simple vestido completamente blanco. Había viajado desde Arles, desde donde su fama se había extendido a lo largo y ancho del mundo. Por su sencilla figura, con su cuidado porte, se trataba de Sta. Marta, cuyos sermones inspiradores y cuyos actos de generosa beneficencia habían traído dicha y esperanza a todos los que la conocían.
Los habitantes del pueblo de Nerluc se reunieron para ir a su encuentro y le imploraron llorando que los liberara de la terrible opresión de la tarasque. Sta. Marta les prometió hacer todo lo que pudiera para ayudarlos, y sin más demora, recorrió los distantes campos en dirección al bosque que rodeaba el río, que daba cobijo a su terrorífica presa. No tuvo que buscar demasiado rato. No pasaron ni unos pocos minutos desde que había entrado en el bosque cuando descubrió a la tarasque en un claro de luz, donde se encontraba devorando los restos de su última víctima, un pastor del pueblo.
El monstruo devoraba tan resuelto su ensangrentado ágape que permaneció totalmente inconsciente de la presencia de Sta. Marta, permitiéndole a la santa acercarse a la distancia de un brazo y también recoger dos ramas que el monstruo acababa de carbonizar con su aliento abrasador. Sin embargo, en ese momento, la tarasque insistió su presencia y se dio la vuelta, con sus ojos centelleantes. Al instante, Marta levantó las dos ramas y las colocó delante de su monstruoso adversario en forma de Cruz.
Cuando hizo esto, los ojos de la tarasque se oscurecieron, su incandescencia quedo sustituida por un tenue color dorado, y la poderosa criatura cayó pasivamente a los pies de la santa, dominada por el desconcierto y una paz insólita. Marta se inclinó y roció agua bendita por encima del apagado dragón. Después, tejió un enorme collar con tranzas de su pelo y condujo a la tarasque amigablemente de vuelta a Nerluc.
Este asombroso espectáculo al principio dejó mudos e inmóviles a los habitantes del pueblo. No obstante, cuando el miedo por su antiguo enemigo amainó, se volvieron mucho más atrevidos, acercándose a la bestia y tocándola, después golpeándola, y dándole puñetazos y patadas, y arrojándole piedras y palos, a medida que su enfado contra sus antiguas atrocidades estallaba en una incontrolable marea de odio y venganza.
La tarasque asustada se acobardó ante este ataque continuo, y Sta. Marta suplicó a las hordas que perdonaran a la bestia y la dejaran vivir en su nuevo y transformado estado; pero era demasiado tarde. La tarasque cayó rodando repentinamente y murió.
Como último recordatorio de sus antiguos tribulaciones, hoy en día Nerluc se llama Tarascon y organiza un festival en Pentecostés, mientras que en el sello oficial del pueblo aparece representado su antiguo opresor en todo su terrible esplendor.